3 Errores que empeoran la textura de tu piel y debes evitar a toda costa

A veces lo hacemos hasta sin darnos cuenta.

Tener una piel sana, nutrida y con un aspecto impecable, es una tarea de todos los días, más ahora que la belleza al natural ha adquirido mucho más impacto. Es por eso que nuestra rutina de skincare siempre debe estar presente en nuestro día a día, sin descuidar un solo detalle para mantener bajo control el aspecto y la salud de nuestro cutis.

Cabe destacar que no solo es la piel del rostro a la que se debe prestar atención, sino también al resto del cuerpo, sin embargo, debemos comprender que hay ciertas áreas que tienden a ser más delicadas, por lo que los cuidados son más específicos.

En general, lo principal para lucir una piel uniforme y de porcelana es estar libre de impurezas y mantenerla siempre hidratada, tanto por dentro como por fuera, sin embargo, aunque hagamos uso de los mejores productos para el cuidado de la piel, si cometemos estos tres errores, de nada servirá todo el proceso.

Errores comunes

Tocarte la piel con las manos sucias o secarte con una toalla sucia

Seguramente uno de los mayores retos para muchas es evitar que tus manos estén en contacto con tu piel a lo largo del día, especialmente si no las has lavado por un tiempo. Aunque no lo parezca, las manos van acumulando bacterias, que si llegan a la piel sensible como la del rostro, puede generar esa desagradable textura, provocando problemas como el acné fúngico. Lo mismo sucede con las toallas sucias, recuerda siempre mantener impecables todos los instrumentos que tengan contacto con tu piel.

Exfoliar tu piel todos los días o usar retinol diariamente:

De acuerdo con Animuslab, experto en el cuidado de la piel, esto puede perjudicar la barrera cutánea, generando irritaciones. Por eso, es recomendable exfoliar solo dos noches a la semana, y aplicar retinol dos noches a la semana durante el primer mes.

Recuerda que el uso del retinol debe ser regulado para prevenir efectos secundarios.

No dejar actuar tu limpiador

Un error común, que se da en muchas ocasiones por falta de tiempo o por querer terminar tu rutina rápido, es lavar demasiado rápido tu rostro, limitando así la eficacia de tu limpiador.

En lugar de solamente pasar el producto por tu rostro, asegúrate de distribuirlo muy bien por toda la piel. Incluso, puedes optar por hacer masajes para aumentar su efectividad.

Finalmente, debes tomar en cuenta que la constancia es la clave para tener una piel sana, por lo que en ningún momento debes de desistir de tu objetivo para tener una piel radiante en todo momento.

También debemos dejar en claro que no hay “pieles perfectas”, sino sanas, no caigas en estereotipos inalcanzables y disfruta tu proceso consintiéndote al máximo todos los días.
 

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