Errores que cometemos sin saber el daño que provocan a nuestra piel

El acné no siempre sale por desajustes hormonales o por nuestra alimentación.

Lidiar con problemas de acné puede ser un proceso muy difícil, molesto y en ocasiones tardado. La situación se complica aún más cuando emerge un brote de la nada sin ni siquiera saber su motivo. Si este es tu caso, haz llegado al lugar indicado.

A continuación te mencionaremos una serie de rutinas que, sin saberlo, podrían estarnos provocarnos brotes de acné.

No lavar sábanas y toallas con frecuencia

Para empezar, debes saber que una persona de tamaño promedio puede liberar hasta 100 litros de sudor por año en la cama y que las almohadas de plumas o sintéticas, pueden contener de 4 a 17 diferentes especies de hongos.

Lo mismo pasa con las toallas que no se secan bien, pues tienden a desarrollar bacterias y moho. Si usas las mismas por meses, sin lavarlas, es probable que sus impurezas puedan generarte acné.

No hidratar la piel

Muchas personas creen que cuando tienen acné lo que deben hacer es evitar las cremas, pues éstas agregarían mas cebo a la cara, sin embargo, lo cierto es que esto es un gran error, dado que los granos pueden surgir o empeorar por la falta de hidratación facial, lo que hace que las glándulas sebáceas produzcan más aceites para compensarlo y por ende, haya más acné.

Además, hay que entender que la hidratación no tiene nada que ver con la piel grasa, ya que la primera es una falta de agua del cutis (no de sebo), y la piel grasa es un tipo de piel con el que se nace.

Experimentar con sueros y ácidos

En la actualidad existen muchos sueros a nuestro alcance con ingredientes que pueden tratar el acné como retinol, el ácido azelaico, el ácido salicílico y la niacinamida, no obstante, no es recomendable automedicarse y experimentar con ellos, pues cada uno tiene propiedades y reacciones diferentes en cada tipo de piel.

Si los usas sin la guía de un experto, puedes provocar lesiones fuertes, quemaduras, inflamación, picazón y manchas difíciles de quitar.

Exfoliar la piel muy seguido

Los exfoliantes mecánicos también son delicados a la hora de tratar la piel con acné, debido a que pueden incrementar el enrojecimiento y la inflamación, y a su vez ‘tronar’ los granitos y crear una infección más grande. Aplícalos sólo con la frecuencia que indique tu dermatólogo y evita a toda costa los caseros. ¿La razón? Pueden crear alergia, dermatitis o dejar manchas.

Presionar los granitos

Sólo aumentarás el daño en la piel y causarás más hinchazón, cicatrices y manchas post-inflamatorias que son más difíciles de quitar que el melasma.

No consultar a un dermatólogo

Cuando existe un problema de acné, el primer paso debería ser acudir con un especialista en piel para que descubra qué tipo de problema es, por qué surge y cómo tratarlo sin causar estragos. Si lo haces tú sola, no podrás diferenciar entre un acné inflamatorio, hormonal o quístico (este no se quita con tratamientos tópicos) y terminarás causando un problema que no tenías.

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