Elige la mejor opción para tu piel.
La exfoliación es un paso crucial en cualquier rutina de cuidado de la piel. Pero, ¿sabías que hay dos tipos principales de exfoliantes? Vamos a explorar las diferencias entre exfoliantes químicos y exfoliantes físicos para que puedas elegir el más adecuado para tu piel.
¿Qué es un Exfoliante Químico?
Los exfoliantes químicos actúan descomponiendo el “pegamento” intercelular que mantiene unidas las células muertas de la piel. Una vez que estos enlaces se disuelven, las células muertas se desprenden, revelando una piel más nueva y radiante. Algunos ejemplos de exfoliantes químicos incluyen:
- Ácido Láctico: Derivado de la leche agria, es suave y efectivo.
- Ácido Glicólico: Proveniente de la caña de azúcar, es excelente para la renovación celular.
- Ácido Salicílico: Ideal para pieles grasas y poros dilatados, ya que penetra los desechos que obstruyen los poros.
- Neoglucosamina: Estimula la renovación celular y reduce la hiperpigmentación.
Los exfoliantes químicos son suaves y pueden ser sorprendentemente efectivos. Dependiendo de tu tipo de piel y la regularidad de uso, podrías notar resultados positivos al instante o en unas semanas.
¿Qué es un Exfoliante Físico?
En la exfoliación física, eliminas manualmente las células muertas mediante partículas o frotando. Estos exfoliantes contienen pequeños gránulos o texturas que ayudan a eliminar la piel superficial. Son ideales para quienes prefieren una sensación de limpieza más inmediata.
¿Cuándo Usar Cada Tipo de Exfoliante?
Exfoliante Químico:
- Ideal para pieles sensibles o propensas a la irritación.
- No requiere frotar y es más suave.
- Úsalo según las instrucciones del producto.
Exfoliante Físico:
- Perfecto para quienes buscan resultados inmediatos.
- Úsalo con suavidad para evitar irritación.