El secreto para lograr un rubor que resalte tu belleza natural y se adapte a tu piel
El rubor es un aliado imprescindible en cualquier rutina de maquillaje, ya que aporta ese toque de color que realza la apariencia del rostro, brindando una imagen juvenil y saludable. Sin embargo, elegir el tono adecuado de rubor es fundamental para lograr un resultado impecable. Es importante encontrar el equilibrio perfecto entre el color de nuestra piel y el rubor que mejor se adapte a ella.
No se trata solo de aplicar cualquier rubor en las mejillas, sino de encontrar la tonalidad exacta que resalte nuestra belleza natural. La colorimetría desempeña un papel crucial en la elección del rubor, ya que cada tono de piel tiene sus propias características y matices. Es necesario conocer los tonos que mejor se complementan con nuestra tez para lograr un efecto armonioso y favorecedor.
Elige tu tono ideal
Para pieles morenas: Los tonos cálidos y terracota son ideales para resaltar la calidez de las pieles morenas. Colores como el melocotón, bronce y cobre proporcionan un aspecto radiante y luminoso.
Para pieles claras: Los tonos rosados suaves, como el rosa pálido o el melocotón claro, complementan a la perfección las pieles claras, aportando un toque de frescura y naturalidad.
Para pieles oscuras: Los tonos más intensos como el ciruela, borgoña o bronce profundo son ideales para pieles oscuras. Estos colores aportan definición y realzan los rasgos de manera sofisticada.
Tonos amarillos: Si tienes un tono de piel cálido con matices amarillos, los rubores en tonos melocotón o dorado suave son ideales para ti. Estos tonos aportan calidez y luminosidad a tu rostro.
Tonos rojizos: Si tu piel tiene matices rojizos o rosados, los rubores en tonos rosados medios o rojos suaves son una excelente elección. Estos colores brindan un aspecto fresco y saludable a tu piel.