Skincare: Guía para armar tu propia rutina

Así como cuidamos de nuestra salud interna, también debemos cuidar de la salud de nuestra piel, principalmente de los rayos solares. 

El cuidado de nuestra piel requiere de ciertas técnicas, es decir, no puedes copiar las misma que las celebridades comparten en sus redes sociales. Esto se debe a que no todas tenemos el mismo tipo de piel, la cual es la base para comenzar a armar una rutina de skincare.

A continuación te diremos cómo puedes encontrar la tuya.

Aprende a cuidar de tu piel

1. Detecta tu tipo de piel

No puedes comenzar una rutina de 'skincare' sin antes ubicar qué tipo de piel tienes. Es así como sabrás cómo cuidarla correctamente. 

Seca: Se siente escamosa o áspera.
Grasa: Se siente brillante, grasosa y puede tener poros dilatados.
Mixta: Puede sentirse seca en algunos puntos (mejillas) y grasosa en otros (frente, nariz y barbilla).
Sensible: puede picar, arder o picar después de usar algo de maquillaje u otros productos.
Normal: Es equilibrada, clara y no sensible.

2. Limpieza

- Normal/Mixta

Si tu piel es normal o mixta no te limites a tomar el jabón que haya en la ducha o en el lavabo para lavarte la cara. Tampoco sientas que tienes que comprar productos caros y sofisticados. Simplemente encuentra el cuidado de la piel que funcione para ti. Aplica un limpiador o jabón suave con las yemas de los dedos. No te frotes la cara. Enjuaga con abundante agua tibia, luego seca. Si tu piel se seca o se pone grasosa, pruebe con un limpiador diferente.

- Seca

Para este tipo de piel, usa un limpiador suave que no contenga alcohol ni fragancias. Esos ingredientes pueden resecarte aún más. Lava suavemente tu piel, luego enjuaga con abundante agua tibia. No uses agua caliente, ya que eliminas los aceites naturales de tu rostro más rápido. Prueba exfoliarte una vez a la semana para eliminar las células escamosas de la piel. Hará que tu piel luzca más clara y uniforme.

- Grasa

Usa un limpiador espumoso sin aceite para lavarte la cara. Enjuaga con abundante agua tibia. Es posible que desees usar un tónico o astringente después, pero ten cuidado porque podría irritar tu piel. Estos productos pueden eliminar el exceso de grasa, lo que hace que tu rostro tenga menos brillo y ayudan a mantener la piel limpia.

- Sensible
Lávate la cara con un limpiador suave y enjuaga con agua tibia. No te frotes la piel con una toalla; sécala con toques suaves. La exfoliación puede irritar la piel sensible. Trate de no usar productos que tengan alcohol, jabón, ácido o fragancias. En su lugar, busca en la etiqueta ingredientes calmantes como aloe, manzanilla, polifenoles del té verde y avena. Cuantos menos ingredientes haya en un producto, más feliz será tu rostro.

3. Hidrata

Puedes pensar que eres demasiado joven para necesitar humectante, o que tu piel es demasiado grasa, pero todos los tipos de piel necesitan uno todos los días. Aplícalo mientras tu piel aún está húmeda por lavar o enjuagar para ayudar a sellar la humedad. Si tiene acné o tu piel es grasa, busca un humectante que sea liviano y sin aceite, para que no bloquee tus poros.

4. No olvides el protector solar

Es posible que tu humectante ya tenga protector solar. Pero también es una buena idea usar protección separada. El sol puede dañar tu piel en solo 15 minutos. Busca un protector solar que brinde protección de amplio espectro con un FPS de al menos 30. Úsalo todos los días, incluso si no hace sol y hace frío. Vuelve a aplicar cada 2 horas.


 

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