'Fast fashion': la segunda industria más contaminante del mundo

Tan sólo para confeccionar unos jeans se requiere alrededor de 7500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años.

La industria de la moda puede ser una de nuestras favoritas pero, ¿sabes cuánto daña al medio ambiente?

El problema no se encuentra en la moda en sí sino en su consumo excesivo, provocando mayor producción que resulta ser un desgaste de recursos naturales.

Según información de las Naciones Unidas, tan sólo para confeccionar unos jeans se requiere alrededor de 7500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años.

Este es sólo uno de los varios hallazgos alarmantes de un estudio ambiental reciente en el que se revela el costo de estar siempre a la moda, el cual, al final de cuentas, es mucho más caro del que se paga por ellos, sobre todo si recordamos que se trata de un líquido vital para el ser humano y que existen muchas regiones en el que hay carencia de él.

Ilustrativa: Unsplash.

La segunda industria más contaminante en el mundo.

De acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo.

Datos de la UNCTAD indican que el rubro del vestido utiliza cada año 93.000 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas. Por si eso fuese poco, se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo.

Además, la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global.

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Fast fashion: el enemigo principal

La denominada ‘’fast fashion’’, o moda rápida, es la que genera más daños debido a que ofrece cambios constantes a sus consumidores, además de ofrecerlos a un bajo costo, lo que provoca su consumo y desecho en masa.

¿La consecuencia?, la producción de prendas se duplicó enormemente del 2000 a 2014. Muchos expertos, incluidos los especialistas de la ONU, consideran que esta tendencia es no sólo es responsable de una amplia gama de efectos negativos en el ámbito ambiental, sino en el social y en el económico.

Innovación y sustentabilidad

A pesar de que la industria sigue siendo muy demandante, los productores de moda están cada día más conscientes de que se necesita un cambio y numerosas compañías, incluidas las minoristas de ventas masivas, han comenzado por integrar principios de sustentabilidad a sus estrategias de negocios. Tal es el ejemplo de la cadena global H&M que ha adoptado un esquema de recolección de ropa y la fabricante de jeans Guess que forma parte de un programa de reciclaje de guardarropa; mientras que la empresa Patagonia produce chamarras de poliéster obtenido de botellas recicladas.

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Menos es más

Aunque algunas tiendas comiencen a tomar las medidas necesarias para frenar con el daño al medio ambiente, la única manera de hacer que se convierta en una industria sostenible, es terminar con la cultura del desperdicio.

Según el informe McKainsey sobre el Estado de la Moda de 2019, actualmente cada persona compra en promedio 60 centavos de dólar más en ropa que hace 15 años y la desecha en la mitad de tiempo de lo que solía hacerlo en ese entonces.

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Ambientalistas recomiendan promover la implementación de consumo personal mediante un mejor cuidado de la ropa, reciclaje y devolución. Con sólo duplicar el tiempo que usamos cada prenda de vestir podríamos reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero que produce la industria de la moda.

Para que esto sea una realidad, los consumidores tendrían que renunciar al modelo de “comprar, usar y desechar”. Después de todo, esto beneficiará a tu economía y al planeta tierra.

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