Estudio revela una relación más matizada entre las demandas laborales y una buena noche de sueño

Los investigadores analizaron datos de un estudio anterior de casi 3000 adultos.

La sabiduría convencional sugiere que las personas con los trabajos más exigentes tendrían más problemas para dormir. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad del Sur de Florida revela que la relación entre las exigencias del trabajo y una buena noche de descanso es más matizada.

De hecho, sus resultados muestran que tener muy pocas demandas laborales puede perturbar el sueño. En cambio, los trabajos moderadamente exigentes predicen la salud del sueño más óptima, con un horario de sueño más regular y menos tiempo para conciliar el sueño.

Un factor adicional es cuánto control tienen los individuos sobre sus condiciones de trabajo. En los términos más simples, cuanto más control disfruten, mayores serán sus posibilidades de dormir bien.

El estudio

Este estudio fue dirigido por Monica Nelson, candidata a doctorado en la Escuela de Estudios sobre el Envejecimiento. El artículo, "Ricitos de oro en el trabajo: es posible que se necesite la cantidad justa de demandas laborales para su salud del sueño", aparece en la edición de noviembre de la revista Sleep Health. El estudio fue financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y se basó en colaboraciones multidisciplinarias e interdisciplinarias, incluida Tammy D. Allen, una profesora distinguida en el Departamento de Psicología de la Facultad de Artes y Ciencias de la USF.

Los investigadores reconocen que, si bien sus hallazgos inicialmente pueden parecer contradictorios, sugieren que tanto las demandas laborales demasiado escasas como las excesivas pueden estar relacionadas con la desconexión laboral o el estrés excesivo, los cuales pueden interrumpir el sueño.

En su estudio, los investigadores señalan que la falta de sueño se ha relacionado con numerosos problemas de salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares, la demencia y la muerte prematura. Por lo tanto, identificar y abordar los factores que contribuyen a la falta de sueño, incluidas las demandas relacionadas con el trabajo, puede ser importante para mejorar la salud en general y evitar problemas en el futuro.

Los investigadores analizaron datos de un estudio anterior de casi 3000 adultos con una edad promedio de 48 años, divididos casi por igual entre hombres y mujeres. Aproximadamente la mitad de los participantes poseían al menos un título universitario de cuatro años.

Se preguntó a los participantes del estudio sobre cinco aspectos de sus trabajos: intensidad, conflicto de roles, sobrecarga de trabajo, presión de tiempo e interrupciones.

También respondieron preguntas sobre cinco aspectos de sus patrones de sueño: regularidad, satisfacción/calidad, estado de alerta durante el día, eficiencia y duración.

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