Guía para utilizar correctamente los detergentes y desinfectantes en tu cocina

¿Qué tan segura estás de que lo haces del todo bien?

Las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) ocurren por consumir agua o alimentos comtaminados con microorganismos patógenos. Algunas bacterias, parásitos y virus llegan a nuestra cocina por medio de los propios alimentos, por contaminación cruzada con superficies contaminadas o por personas enfermas que manipulan dichos alimentos.

Los estudios realizados a nivel mundial arrojan resultados variados. Por ejemplo, se estima que del 12 al 64% de las infecciones intestinales se originan en el hogar, mientras que los restaurantes y otros establecimientos contribuyen con el 21 y hasta el 84 % de los casos.

Los alimentos, por su naturaleza, son frecuentes acarreadores de gérmenes. Los productos de origen animal pueden adquirir estos patógenos durante el faenado de animales de engorda o por contaminación cruzada durante toda su manipulación, mientras que las frutas y hortalizas comúnmente se contaminan por contacto con agua o superficies o por los operarios durante su cosecha, selección y empaque (contaminación cruzada).

Cualquiera que sea el caso, estos datos expresan la necesidad de tomar medidas preventivas durante el manejo y la preparación de alimentos en el hogar o en los negocios de comida.

Sabemos que las actividades de limpieza en la cocina demandan el uso de detergentes y desinfectantes para mantener la limpieza de utensilios y superficies para mantener la seguridad de salud de los comensales.

Las formulaciones de los detergentes de cocina son básicamente sustancias surfactantes (tensoactivos), que son los responsables de la generación de espuma, pero también pueden contener otras sustancias que participan como estabilizantes, conservadores o con acción microbicida, así como fragancias y colorantes. Se les puede encontrar en el mercado con diferentes presentaciones, como líquidos, geles, pastas, polvos y tabletas, entre otras.

Frecuentemente se observa que las personas agregan a sus detergentes una pequeña cantidad de desinfectante (el más frecuente es a base de cloro), pero ¿es beneficioso adicionar intencionalmente un desinfectante a los detergentes de cocina?. El académico del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Osvaldo López Cuevas, nos explica los pros y contras de esta práctica.

El especialista en evaluación de riesgo microbiológico explicó que es importante considerar que los detergentes de cocina, en cualquier marca o presentación, son formulados y evaluados para cumplir con la función de limpiar y desinfectar.

También son evaluados para garantizar la seguridad de los usuarios, es decir, que no causen irritación o algún otro síntoma adverso por su uso. Adicionalmente, algunos detergentes de cocina son adicionados con compuestos activos de origen orgánico; por ejemplo, con enzimas o aceites esenciales y otros extractos de plantas, los que generalmente tienen poder desengrasante y/o antimicrobiano.

Por lo tanto, si usted desconoce la naturaleza de su detergente de cocina y los efectos que puede sufrir por la adición de un desinfectante como el cloro, se recomienda no hacerlo, ya que podría desestabilizar la formulación, degradando algunos de los compuestos activos del detergente e, incluso, hacerlo más irritante para la piel.

En caso de que usted tenga la intención de reducir la carga microbiana de los utensilios de cocina, el también experto en métodos físicos, químicos y biológicos de desinfección compartió algunas prácticas sencillas pero útiles que pueden ayudar.

Lo que debes hacer

Por ejemplo, para descontaminar eficientemente la esponja de cocina, puede poner un recipiente con la esponja en el horno de microondas y accionarlo por 2 a 2.5 minutos. Es importante mencionar que la esponja debe estar lavada (sin residuos de comida o detergente) y bien humedecida con agua limpia. Eso ayudará a que el agua se caliente a punto de ebullición y mate los gérmenes contenidos en ella. Si no cuenta con un horno de microondas, puede hervir el agua de manera convencional e introducir la esponja durante 2 a 3 minutos en el agua caliente (deje enfriar antes de usarla para evitar quemaduras).

Una acción similar se puede realizar con la tabla de picar, sobretodo si en su cocina aún tiene tablas de madera. Eso ayudará a eliminar los gérmenes que se depositan en las fisuras de la madera y no se logran eliminar con el lavado convencional.

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