El diseñador se inspiró en la moda de los 80s.
Luego de posponer su desfile por el fallecimiento de la Reina Isabel II, Raf Simons finalmente viajó a Londres para exhibir la colección primavera/verano 2023 de la marca. Se trató del primer desfile del diseñador en la ciudad del Reino Unido.
El evento se llevó a cabo simultáneamente con la feria de arte Frieze, de la cual Simons también es patrocinador y, por lo tanto, se estableció como premisa para la fiesta posterior al espectáculo.
Siguiendo con la temática, la pista lucía una apariencia de un escenario de fiesta, con luces tenues, luces estroboscópicas y música atronadora proporcionada por la DJ francesa Clara 3000.
Los diseños
Raf se diferenció del resto de los diseñadores, quienes optaron por una tendencia Y2K, inspirándose en la década de 1980, como se ve en la elección de verdes neón y gráficos anárquicos.
Sin embargo, podría decirse que la colección fue una de las líneas más atenuadas de Simons hasta el momento, con la selección de blazers a medida y chaquetas de motorista diseñadas como "gestos radicales de simplicidad", como se detalla en un comunicado de prensa.
Lo que Simons no se contuvo fue la variedad de referencias culturales que se hicieron en todo momento, con elementos que podrían vincularse con todo, desde la nueva ola hasta los movimientos punk.
Sobresalió una selección de camisetas y accesorios que se hicieron en colaboración con el patrimonio de Philippe Vandenberg. Las creaciones del difunto artista se plasmaron en diseños a través de estampados completos, con un enfoque distintivo en sus obras de texto y escritura a mano.
Un artículo constante que apareció en gran parte de la oferta fue el de los mamelucos de punto de calibre fino, cada uno completo con fondos caídos y varios cierres, diseñados como artículos de vestuario sin género.
Estos fueron una continuación del concepto minimalista del diseñador, que también se aplicó a pantalones aerodinámicos, faldas entalladas simplificadas y piezas que abrazan la silueta.