Así puedes lograr una experiencia única.
Los besos son una expresión poderosa de amor, pasión y conexión entre parejas. Cada tipo de beso tiene su propio significado y conlleva emociones únicas. Por ejemplo, un beso en el cuello puede generar una amplia gama de emociones intensas. Desde un sentimiento de intimidad profunda hasta un deseo apasionado, este gesto puede despertar una conexión íntima y transmitir el amor y la pasión entre las parejas. La suavidad y la ternura de los labios en contacto con la piel del cuello pueden generar una sensación de protección y afecto.
Cuando recibimos un beso en esta zona, nuestro cerebro se activa y se desencadenan una serie de reacciones bioquímicas. Se liberan neurotransmisores como la dopamina, la oxitocina y la serotonina, que están asociados con el placer, la felicidad y el vínculo emocional. Estas sustancias químicas contribuyen a intensificar la experiencia del beso y a fortalecer el vínculo emocional con nuestra pareja.
¿Por qué es tan placentero?
El cuello es una de las zonas erógenas más sensibles del cuerpo humano. Está lleno de terminaciones nerviosas que responden a estímulos táctiles y sensaciones placenteras. Al ser acariciado y besado, el cuello puede desencadenar una respuesta erótica y aumentar el deseo sexual. Los besos en el cuello están estrechamente ligados al erotismo y pueden transmitir un mensaje de profundo deseo y pasión entre los amantes.
¿Cómo hacerlo?
Para realizar este acto, no solo se trata de acercarte y ya está. Los besos en el cuello pueden caracterizarse por ser un acto tierno e íntimo con tu pareja, con el que le des a entender que estás dispuesta a ir más allá. Incluso, puede ser la invitación perfecta para encender la llama de la pasión.
Recuerda que para cualquier acto sexual, por más desenfrenado o instintivo que sea, el jugueteo inicial es primordial, pues todas sabemos que ir “directo al grano” termina siendo algo insatisfactorio, por lo que los besos en el cuello son perfectos para involucrar otros sentidos, como el olfato.
Trata de acercarte a tu pareja y encontrar tu rostro con su cuello, y antes de siquiera juntar tus labios con su piel, mejor opta por percibir su aroma, para después hacerle sentir tu respiración. Luego de esto, ya podrás iniciar un recorrido alrededor de su cuello, y otros lugares cercanos.