Los investigadores tuvieron acceso a entrevistas de seguimiento con los participantes durante un período de 10 años.
La frecuencia del sexo que tenemos y la aparición de la menopausia podrían estar relacionadas, al menos así lo señalo un estudio en 2020.
El sexo y la menopausia. | Unsplash.
La investigación publicada en Royal Society Open Science, tuvo como objetivo averiguar si la frecuencia de la actividad sexual influyen en el momento en que una mujer entra en la menopausia.
Las investigadoras, Megan Arnot y la profesora Ruth Mace, del University College London, en el Reino Unido, no solo tomaron en cuenta el sexo con penetración. Al referirse a la actividad sexual, también incluyeron sexo oral, caricias y masturbación.
El equipo analizó los datos recopilados a través del Estudio de la salud de la mujer en todo el país (SWAN). La información provino de 2.936 mujeres participantes que se inscribieron en SWAN en 1996-1997 y cuya edad media colectiva era de 45 años en sus primeras entrevistas.
En dichas entrevistas, las participantes describieron su estado de salud y estilo de vida, incluida la frecuencia con la que habían tenido actividad sexual, con una pareja o solos, durante los últimos 6 meses.
Según los datos del 64% de las mujeres, informaron haber realizado algún tipo de actividad sexual semanalmente.
Al inicio, ninguna de las participantes de SWAN había experimentado la menopausia, aunque el 46% había entrado en la perimenopausia, una etapa en la que la menstruación todavía está ocurriendo, pero se desarrollan algunos síntomas de la menopausia, como los sofocos.
Los investigadores tuvieron acceso a entrevistas de seguimiento con los participantes durante un período de 10 años. Durante este tiempo, 1.324 (45%) de las participantes informaron haber entrado en la menopausia, a una edad promedio de 52 años.
Arnot y el profesor Mace descubrieron que las mujeres que tenían actividad sexual semanalmente tenían menos probabilidades de experimentar una menopausia precoz que sus pares que tenían relaciones sexuales con menos frecuencia que una vez al mes.
Arnot y el profesor Mace también investigaron si vivir con una pareja romántica masculina podría correlacionarse de alguna manera con la menopausia. Esta investigación fue motivada por la posibilidad de que la cercanía a las feromonas masculinas pudiera retrasar la menopausia. Sin embargo, los investigadores no encontraron absolutamente ninguna evidencia de esto.