¿Tomar distancia es realmente favorable?
Es bien sabido que los recién casados que se gritan o se insultan tienen más posibilidades de divorciarse. Pero un nuevo estudio de la Universidad de Michigan muestra que otros patrones de conflicto también predicen el divorcio.
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Un patrón particularmente tóxico es cuando un cónyuge maneja el conflicto de manera constructiva, discutiendo la situación con calma, escuchando el punto de vista de su pareja o esforzándose por averiguar lo que siente su pareja, por ejemplo, y el otro cónyuge se retira.
"Este patrón parece tener un efecto dañino en la longevidad del matrimonio", dijo Kira Birditt, investigadora de la U-M, primera autora de un estudio sobre los comportamientos de los conflictos maritales y las implicaciones del divorcio publicado en la edición actual (octubre de 2010) del Journal of Marriage and Familia. "Los cónyuges que lidian con los conflictos de manera constructiva pueden ver el hábito de retirarse de sus parejas como una falta de inversión en la relación en lugar de un intento de calmarse".
Tomar distancia no siempre es lo aconsejable
Las parejas en las que ambos cónyuges usaban estrategias constructivas tenían tasas de divorcio más bajas, encontró Birditt.
Los datos son del Estudio de los Primeros Años del Matrimonio, respaldado por fondos del Instituto Nacional del Envejecimiento y el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano. Es uno de los proyectos de investigación más grandes y más largos para observar patrones de conflicto matrimonial, con 373 parejas entrevistadas cuatro veces durante un período de 16 años, comenzando el primer año de sus matrimonios. El estudio también es uno de los pocos que incluye una proporción lo suficientemente alta de parejas negras para que los investigadores puedan evaluar las diferencias raciales en las estrategias de conflicto y sus efectos.
Los investigadores observaron cómo tanto los comportamientos individuales como los patrones de comportamiento entre las parejas afectaban la probabilidad de divorcio. También examinaron si el comportamiento cambió con el tiempo y si hubo diferencias raciales o de género en los patrones de comportamiento y los resultados.
Sorprendentemente, los investigadores encontraron que el 29 por ciento de los esposos y el 21 por ciento de las esposas informaron que no habían tenido ningún conflicto en el primer año de su matrimonio, 1986. Sin embargo, el 46 por ciento de las parejas se habían divorciado en el año 16 del estudio, 2002. Curiosamente, si las parejas reportaron o no algún conflicto durante el primer año de matrimonio no afectó si se habían divorciado en el último año estudiado.
En general, los esposos reportaron tener comportamientos más constructivos y menos comportamientos destructivos que las esposas. Pero con el tiempo, las esposas eran menos propensas a usar estrategias destructivas o retraerse, mientras que el uso de estos comportamientos por parte de los esposos se mantuvo igual a lo largo de los años.
"Los problemas que hacen que las esposas se aíslen o tengan comportamientos destructivos al principio del matrimonio pueden resolverse con el tiempo", dijo Birditt. "O, las relaciones y la calidad de las relaciones pueden ser más centrales para la vida de las mujeres que para los hombres. Como resultado, en el transcurso del matrimonio, es más probable que las mujeres reconozcan que retirarse del conflicto o usar estrategias destructivas no es efectivo". ni beneficioso para el bienestar general y la estabilidad de sus matrimonios".
Birditt y sus colegas encontraron que las parejas estadounidenses negras tenían más probabilidades de retirarse durante los conflictos que las parejas blancas, aunque las parejas negras tenían menos probabilidades de retirarse del conflicto con el tiempo.
"Esperamos que este estudio conduzca a investigaciones adicionales sobre la compleja dinámica del conflicto entre esposos y esposas, y las posibles explicaciones de los cambios frente a la estabilidad en los comportamientos de conflicto a lo largo del tiempo", dijo Birditt.