Estudio señala que puedes juzgar la fidelidad de un hombre por su rostro

La masculinidad facial está relacionada con los niveles de testosterona durante el desarrollo.

La mayoría de las personas creen que pueden detectar la fidelidad de un hombre por su rostro y así lo ha dejado en claro un estudio de la Universidad de Michigan.

El psicólogo social de la U-M, Daniel J. Kruger, realizó una serie de experimentos en línea que mostraron a 854 estudiantes universitarios masculinos y femeninos versiones de rostros masculinos compuestos que habían sido alterados para parecer más o menos masculinos ajustando, por ejemplo, la forma de la mandíbula, el la fuerza de las cejas y el grosor de los labios.

Se preguntó a los participantes cuál de los hombres preferían como compañeros, citas, padres de sus hijos o compañeros de sus novias. También se les preguntó qué hombres tenían más probabilidades de comportarse de cierta manera, por ejemplo, iniciar una pelea o coquetear con la novia de otra persona.

La psicología habla

En términos de psicología evolutiva, puede haber algo de verdad en esa creencia, dijo Kruger. La masculinidad facial está relacionada con los niveles de testosterona durante el desarrollo, y los niveles de testosterona están relacionados con las tasas de infidelidad, violencia y divorcio. 

"La masculinidad facial puede servir como una señal visual en la elección de pareja femenina, al igual que la cola del pavo real macho señala a las hembras sobre la aptitud masculina para reproducirse", señaló.

En un estudio, los participantes relacionaron rostros más masculinos con comportamientos más arriesgados y competitivos, mayor esfuerzo de apareamiento y menor esfuerzo de crianza en comparación con rostros menos masculinos.

Se consideró que los hombres con rostros muy masculinos eran más propensos a involucrarse en peleas físicas, desafiar a sus jefes, acostarse con muchas mujeres, engañar a sus parejas y coquetear a sabiendas con la novia de otra persona. 
Se consideró que aquellos con rostros más femeninos tenían más probabilidades de ser buenos esposos, ser buenos con los niños, trabajar duro en sus trabajos aunque no les gustaran y ser un apoyo emocional en las relaciones a largo plazo.

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