Todo lo que debes de saber antes de tener sexo anal

A pesar de ser un tema tabú, se trata de una práctica muy popular entre las parejas.

El sexo anal sigue siendo un tema tabú a pesar de que se ha convertido en una practica muy popular, esto significa que, aunque las personas lo hagan sigue siendo un tema difícil debido a los prejuicios que le rodean.

A medida que más parejas exploran este tipo de sexo, es importante comprender los riesgos, los beneficios y la estrategia adecuada.

Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), el sexo anal está creciendo principalmente en popularidad entre las parejas menores de 45 años. De hecho, en una encuesta nacional de los Estados Unidos, el 36 por ciento de las mujeres y el 44 por ciento de los hombres informaron que habían tenido sexo anal con una pareja del sexo opuesto. Como puedes ver, no es una práctica que se límite a las relaciones homosexuales.

Como cualquier actividad sexual, el sexo anal no es intrínsecamente inseguro. Simplemente requiere más planificación, preparación y comunicación que algunas otras formas de actividad sexual. La seguridad durante las relaciones sexuales debe ser una prioridad absoluta, pero divertirse también es importante.

Si deseas llevarlo a cabo, es importante que estés preparado o preparada antes de tu encuentro. Seguir las próximas recomendaciones es la única forma de reducir el riesgo de lesiones o enfermedades. Esto es lo que necesita saber de inicio según información de Healthline:

1. A diferencia de la vagina, el ano carece de lubricación.
La vagina es una maravilla natural. Cuando una mujer está excitada, la vagina proporciona su propio lubricante para el sexo. El ano, sin embargo, no lo hace. Eso significa que tienes que proporcionarlo. La penetración sin lubricación puede desgarrar el tejido delicado dentro del ano, lo que puede provocar dolor y sangrado.

2. El tejido interior es muy sensible.
El tejido y la piel alrededor del ano actúan como una barrera protectora para la mitad inferior de su tracto digestivo. Sin embargo, el tejido dentro del ano es más delgado, delicado y es más probable que se desgarre y sangre como resultado de la penetración. Esto aumenta la probabilidad de transmitir infecciones, virus o bacterias entre la pareja. Incluso dos parejas que no tienen ninguna infección de transmisión sexual (ITS) pueden transmitirse bacterias entre sí a través de estos desgarros en la piel.

3. El ano tiene un músculo que debe relajarse para permitir una penetración cómoda.
El esfínter anal actúa como un guardián del recto. Para el sexo anal, sin embargo, es importante que este músculo se relaje. No solo hace que la experiencia sea más placentera, sino que reduce el riesgo de desgarro o malestar. La relajación implica paciencia, tanto en el momento en que intentas la penetración como cuando te acostumbras al sexo anal.

4. Al igual que la vagina, el ano tiene bacterias.
Una ITS no es lo único de lo que tiene que preocuparse por compartir con el sexo anal. Las bacterias que viven en el ano o cerca de él se pueden propagar fácilmente si no se toman las precauciones necesarias para limpiarlo después de la penetración anal.

Si están usando un condón, asegúrense de quitarlo y poner uno nuevo antes de pasar al sexo vaginal. Si no usan condón o si usan las manos o un juguete, asegúrense de lavarse bien después del sexo anal. Las bacterias, como la hepatitis A y la E. coli, pueden transmitirse a partir de prácticas sexuales anales impuras.

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