Caminar regularmente puede cambiar la estructura de tu cerebro

Un equipo de científicos notó cambios en la corteza prefrontal, lo que mejoró la concentración y la memoria de los participantes

Una reciente investigación sugiere que las caminatas regulares pueden cambiar la estructura del cerebro.

El estudio, realizado por el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano presenta evidencia que sugiere que las caminatas regulares en realidad cambian la estructura del cerebro.

Cambios en la materia gris de la corteza cerebral

“Nuestros resultados muestran que nuestra estructura cerebral y nuestro estado de ánimo mejoran cuando pasamos tiempo al aire libre'', mencionó Simone Kühn, directora del Grupo Lise Meitner de Neurociencia Ambiental en el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano y autora principal del estudio.

El equipo descubrió que había una diferencia notable en la materia gris, para la corteza prefrontal dorsolateral derecha, la parte superior (dorsal) y lateral del lóbulo frontal en la corteza cerebral.

Esta parte del cerebro está involucrada en la planificación y regulación de acciones, y también en el control cognitivo. El control cognitivo, también conocido como control ejecutivo, es el proceso a través del cual los objetivos o planes influyen en el comportamiento. Cuanto más caminaban los participantes, más probable era que pudieran planificar y controlar su propio comportamiento.

Los científicos también relacionan los trastornos psiquiátricos con una reducción de la materia gris, lo que significa que más materia gris podría desempeñar un papel en la protección contra problemas de salud mental posteriores.

¿Qué sigue?

Estos hallazgos de la neurociencia se basan en seis meses de observación de seis habitantes urbanos de mediana edad, que proporcionaron 280 resonancias magnéticas de sus cerebros. A los seis también se les preguntó sobre su ingesta de líquidos, el consumo de bebidas con cafeína, la cantidad de tiempo que pasan al aire libre y la actividad física, para ver si estos factores alteran la asociación entre el tiempo que pasan al aire libre y el cerebro.

Para poder tamizar las diferencias estacionales, también se observó la cantidad de luz solar en el período de estudio.

El equipo ahora analizará las diferencias en la estructura cerebral entre los habitantes de la ciudad en un espacio urbano y las personas que viven en espacios mucho más verdes. Los cambios en la estructura del cerebro abren nuevas terapias para la salud mental y elaboran ideas existentes sobre cómo el entorno puede influir en la vida de una persona.
 

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