Peores hábitos para la grasa del vientre

No necesitas ''dejar de comer'' para bajar de peso.

Cuando comenzamos a sentir un pequeño bulto en nuestro vientre, y estamos seguras que no se trata de un embarazo, comenzamos a preocuparnos por ''dejar de comer'' para bajar esa barriga. No obstante, el problema no es dejar de comer sino aprender a tener un buen hábito, tanto alimenticio como físico.

A continuación te diremos cómo podrías cambiar tu rutina para tener mejores hábitos que mejoren tu salud y condición en poco tiempo.

Hábitos que nos hacen subir de peso

Comer distraído
En lugar de desplazarse por su teléfono inteligente mientras toma un refrigerio, preste atención a sus comidas y saboree los sabores. Cuanto más consciente pueda estar mientras come, menos probabilidades tendrá de comer en exceso. Observe su comida, mastique con cuidado y esté presente en su cuerpo mientras come. Tu cintura te lo agradecerá.

Comer demasiado rápido
Su cerebro tarda unos 20 minutos en recibir el mensaje de su estómago de que está lleno. Si está metiendo comida demasiado rápido, seguirá comiendo más allá del punto que su cuerpo necesita. Las personas que comen lentamente ingieren menos calorías y previenen los kilos de más.

Dormir mal
En un estudio, los adultos menores de 40 años que dormían menos de 5 horas por noche ganaron más grasa abdominal que los que tenían más ZZZ. Pero si tiene falta de sueño, no se exceda para corregirlo: dormir más de 8 horas por noche puede tener el mismo efecto de expansión intestinal.

Comer tarde
Dele tiempo a su sistema digestivo para hacer el trabajo de quemar su comida comiendo en el lado más temprano de la noche. Cuanto más tarde ingiera calorías, menos horas tendrá su cuerpo para consumirlas.

Comiendo pan blanco
Los granos refinados en el pan blanco y otros alimentos procesados están despojados de fibra de digestión lenta, por lo que su cuerpo la digiere más rápido, lo que aumenta el nivel de azúcar en la sangre. Con el tiempo, esto puede provocar un aumento de peso. En su lugar, elija carbohidratos integrales.

Beber refrescos dietéticos
Puede pensar que cambiar la gaseosa con azúcar por la versión dietética mantendría bajo su recuento de calorías y, por lo tanto, frenaría el aumento de peso. Pero los científicos dicen que eso no es cierto en absoluto: el aspartamo, el edulcorante artificial en muchos refrescos dietéticos, en realidad aumenta la grasa abdominal. Omita los refrescos por completo y apague su sed con agua.

Saltarse las comidas
¿Sabía que dejar de desayunar lo hace 4½ veces más propenso a ser obeso? Dejar de comer ralentiza su metabolismo, lo que hace que sea más probable que coma en exceso más adelante cuando tenga hambre.

Consumir alimentos "bajos en grasa" o "sin grasa"
Es bueno vigilar su consumo de grasas, pero los alimentos que eliminan la grasa y el azúcar a menudo pueden ser más altos en carbohidratos. Los alimentos ricos en carbohidratos pueden aumentar sus triglicéridos, aumentar su sensibilidad a la insulina y aumentar la grasa en su abdomen.

De fumar
Ya sabe que fumar es terrible para la salud, pero uno de los muchos efectos negativos de fumar se centra en su estómago. Cuanto más se enciende, más grasa almacena en su estómago, a diferencia de sus caderas y muslos.

Comer en un plato grande
Sí, es así de simple: coloque su comida en un plato más pequeño (¡y use utensilios más pequeños!) Y engañe a su cerebro para que piense que está comiendo más de lo que está. Si opta por la fuente enorme, es más probable que se lo termine todo y coma más de lo que necesita.

No se mueve lo suficiente
La ciencia es cierta: la actividad física es la clave para la salud. Intente realizar 30 minutos de movimiento de intensidad moderada todos los días, y su cintura se encogerá (y sus músculos crecerán), incluso si su peso sigue siendo el mismo.

Estar estresado a menudo
El estrés libera una hormona llamada cortisol en su cuerpo. Los niveles más altos de cortisol pueden provocar un aumento de peso, especialmente el peso visceral que tiene en su vientre. Practique técnicas de relajación regulares, como la respiración profunda y la meditación, para ayudar a mantener la calma y controlar los niveles de estrés.
 

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