¿Por qué roncamos y cómo podemos evitarlo?

¿Roncar es un misterio en tu noche? Descubre las razones detrás del ronquido y cómo abordarlo para un sueño más tranquilo y reparador. ¡Dile adiós a las noches ruidosas!

El acto de roncar puede parecer inofensivo y hasta cómico para algunos, pero para quienes comparten la cama o el espacio cercano, puede convertirse en un verdadero martirio o un trastorno del sueño.

Aunque es una experiencia común, roncar puede indicar ciertos problemas de salud o simplemente ser un resultado de hábitos diarios, sin embargo, no está de más conocer cuáles son los motivos por lo que una persona puede llegar a desarrollar esta conducta involuntaria.

“Algunos ronquidos pueden llegar hasta 80 o 100 decibeles, y comparados con los gritos que llegan a 60 decibeles son muy altos. Por este motivo, el roncador puede despertarse por sus mismos sonidos y tampoco deja dormir a otras personas”, señala un artículo redactado por Michel Olguín, de la revista Global TV de la UNAM,

El ronquido es el resultado del estrechamiento de las vías respiratorias superiores durante el sueño. Cuando el flujo de aire se ve obstaculizado por tejidos relajados, puede generar vibraciones que se traducen en ese característico sonido. Múltiples factores pueden contribuir al ronquido, incluyendo la anatomía de las vías respiratorias, la posición al dormir, el consumo de alcohol, el sobrepeso y la congestión nasal. En algunos casos, el ronquido puede ser un signo de apnea del sueño, una condición más seria que interrumpe la respiración durante el descanso.

Las posibles causas detrás del ronquido:

Anatomía de las vías respiratorias: Las personas con estructuras nasales estrechas, paladar blando más largo o úvula más grande pueden tener un mayor riesgo de roncar debido a la limitación del flujo de aire.

Posición al dormir: Dormir boca arriba puede relajar los músculos de la garganta y favorecer el ronquido. Cambiar a dormir de lado puede aliviar este problema en algunos casos.

Consumo de alcohol y sedantes: Estas sustancias pueden relajar los músculos de la garganta, aumentando el riesgo de ronquido.

Sobrepeso y obesidad: El exceso de grasa en el cuello puede ejercer presión sobre las vías respiratorias, dificultando el paso del aire.

Congestión nasal: La congestión debido a alergias o resfriados puede limitar el flujo de aire y provocar ronquidos.

Envejecimiento: A medida que envejecemos, los tejidos de las vías respiratorias tienden a perder elasticidad, lo que puede aumentar la probabilidad de roncar.

¿Qué hacer para dejar de roncar?

Si el ronquido se vuelve un problema persistente o está afectando la calidad de tu sueño y la de los que te rodean, existen diversas estrategias que puedes considerar. Desde cambios en el estilo de vida hasta la búsqueda de atención médica especializada, abordar el ronquido puede tener un impacto positivo en tu descanso y bienestar general.

Lo más recomendable para dejar de roncar es saber reconocer cuál es el motivo por el que lo hacemos, para de este modo erradicar el problema de raíz.

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